Llega el temido momento de opositar.
Y, cuando llega, dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo, nuestra atención y nuestro esfuerzo a aprender. Obviamente esto no es malo, puesto que el conocimiento adquirido es un
factor esencial que determinará en gran parte lo que ocurra en el examen. Pero... ¿qué pasa con los
aspectos psicológicos? ¿sabes que son de vital importancia?
Las emociones tienen un impacto brutal en nuestro comportamiento y, por tanto,
tienen el poder de modificar nuestros resultados.
Espero que estos consejos puedan ayudarte, porque tenemos dos manos: una, para dar; otra, para recibir.
DÉJATE AYUDAR:
1.- Párate a pensar, cada día, en el valor justo que tiene cada cosa: será estupendo que consigas tu meta pero... ¿y si esto no ocurre? ¿realmente conlleva un cambio dramático en tu vida ordinaria? En concreto, ¿qué vas a ganar o qué vas a perder, en comparación con tu estado actual? Reflexiona sobre esto. Todos ansiamos el éxito, pero cuestiona tu forma de pensar de vez en cuando.
2.- Dónde terminan tus expectativas y empiezan las de los demás: ¿crees que si no sacas buena nota será una decepción para ti y para tu entorno? Te preguntas... ¿y qué pasa si no lo consigo? ¿qué pensarán de mi mi familia, mis amigos, mis hijos, mi pareja...? Ten cuidado, porque es importante que caigas en la cuenta de que
LO QUE PASE EN EL EXAMEN NO DICE ABSOLUTAMENTE NADA DE TI. El entorno puede alegrarse con tus éxitos y decepcionarse con tus resultados. Y está bien así. A todos nos pasa. Y no todos tenemos la capacidad de ser justos en el momento preciso. Deja que los demás gestionen sus expectativas.
3.- "Todo el sacrificio que he hecho no me ha servido para nada": ¿estás segur@? ¿realmente no te ha servido para nada, o simplemente no sirvió para lo que tú querías que sirviera? Tenemos que estar preparados para afrontar que no conseguimos lo que buscamos, y tenemos que estar abiertos para acoger cosas que no esperábamos.
¡Deja que la vida fluya! Además... ¿tienes hijos? Pues... se su ejemplo. ¿Cómo quieres que se sientan si no consiguen sus objetivos? Ser consciente del poder que tienes puede ayudarte en los momentos más difíciles. Para mí ha sido crucial. Da igual si no tienes hijos: piensa en cualquier persona hacia la que sientas amor incondicional.
4.- Pregúntate: ¿podrías realmente haberte esforzado más?: Si la respuesta es "no"... ¿entonces de qué te sientes culpable? Esto no es el colegio, la vida no se ha parado para que tú tengas tiempo para ponerte a estudiar. La vida ha seguido su curso y, tú, has ido con ella (con pérdidas, contratiempos, cambios, enfermedades...). Si la respuesta es "si"...
¡aprende de ello! No te fustigues, porque la vida va a volver a ponerte a prueba, y no necesariamente a través de un examen. Pueden ser cosas mucho más complejas. Y, lo sabes. Deja la culpa atrás.
5.- La importancia del descanso y de la desconexión: priorizar en ello en tu día a día es esencial para optimizar el funcionamiento de tu cerebro, y para poner en el lugar que le corresponde a tu salud física y mental. Entre otros beneficios:
-Permite reducir el estrés oxidativo y recuperar las reservas de energía.
-Brinda la oportunidad de mejorar el equilibrio hormonal.
-Permite consolidar la información y pasar los datos de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo.
-Previene el agotamiento físico y mental y, con ello, reduce la posibilidad de cometer errores relacionados con el cansancio y la falta de atención.
Hagas lo que hagas con esta información que te he compartido, recuerda:
LOS RESULTADOS NO DEPENDEN EXCLUSIVAMENTE DE TI.
Naima R.